Para las chicas querían un modelo y otro para los chicos. Para los más pequeños fueron fofulàpices y para los más mayorcitos y que no corrían riesgo de pintarse la ropa chula, fueron fofubolis.
Lo mejor de todo es que los de los bolis poco a poco se han ido dando cuenta de que podían escribir con ellos por más que las madres quisieran dejarlos como un adornito en su habitación. Para los niños fueron Superman y para las chicas una manzanita. Todos en su bolsito y con el correspodiente lazo.
La idea era que el pinchadiscos se lo entregara a los niños tras unos juegos, así que los colocamos todos dentro de un cofre que decoramos con mapas del tesoro y piratas chicos y piratas chicas. Quedó muy mono, pero como siempre el tiempo impidió que le tomara fotos al trabajo finalizado. En el proceso iba así:
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